Hengki Koentjoro - El Poeta del Claroscuro

Hengki Koentjoro es uno de esos artistas que entienden la fotografía como un arte mayor, capaz de cautivar, de mostrar la complejidad y el enigma del mundo. Si el fotógrafo es un creador desde la luz, Koentjoro más aún si cabe: sus fotos dialogan con la claridad y la sombra, con los matices más exacerbados y hermosos, con la caligrafía inefable del blanco y negro.

Tiene calor, ternura, presencia; envuelve, conmueve, se sedimenta en el alma. Hengki Koentjoro ha estudiado en Indonesia su oficio y también en Estados Unidos, en del Brooks Institute de la ciudad da Santa Barbara, se ve que es un estudioso de la fotografía y de algunos clásicos: los japoneses especialmente, tan delicados, tan sutiles, y un maestro del paisaje como Ansel Adams, que logró fotos extraordinarias de los espacios abiertos al infinito, y quizá haya seguido los pasos de Edward Weston.

Haengki Koentjoro es un fotógrafo con embrujo. Alguien que sabe mirar y que extirpa el alma de la naturaleza, del agua, de esos lugares exóticos (bosques, lagos, valles, montañas) que parecen nacidos del sueño. Sus fotos de paisaje destacan, de entrada, por el refinamiento, por la expresividad, por la capacidad de evocación, que nace de la composición, de la poética del claroscuro y de una idea un tanto imprecisa de intemporalidad. Las fotos de Koentjoro parecen hechas para siempre o parece que hubieran estado ahí desde siempre. Tienen música.





























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